martes, 5 de octubre de 2010

La Ley 177 y el Padre Nuestro, igual para todos


La violencia en las familias es la emergencia social más seria que vive el Puerto Rico de hoy. Cada año cientos de niños y niñas  son víctimas de maltrato.  El maltrato infantil ocurre en familias donde también se manifiesta violencia hacia otros de sus miembros, especialmente la mujer.

El pasado dos de octubre no fue la excepción para los casos de maltratos en la Isla y murió la bebé Daileen Olivo Rodríguez de 28 meses a consecuencia de golpes, mordidas, una costilla rota, y otros traumas.  Luego de que la jueza Ladi Buono de Jesús evaluara la prueba sometida por fiscalía encontró causa de arresto por el cargo de asesinato en primer grado y maltrato por negligencia (por no haber procurado asistencia médica para la niña), además de una fianza de $1 millón a la madre de la bebé, Emilia Rodríguez Ortiz.
Este caso lleva cuatro días de investigación y la acusada no pudo pagar la fianza impuesta, por lo que, tras ser fichada, fue ingresada en la cárcel de mujeres de Vega Alta.

¿Usted se acuerda del Caso de Ana Cacho?  Podemos señalarlo como parecido en las circunstancias y consecuencias, pero no en la gestión del Departamento de Justicia.  Este caso tenía un plan de trabajo que intentaría terminar con la pesquisa en un período de dos semanas y el 9 de octubre se cumplen 7 meses desde la muerte del menor Lorenzo González Cacho.

Según fuentes del Xposed Magazine News, Cacho, la principal sospechosa del asesinato de su hijo, estaba envuelta en orgías y fiestas sexuales desde hace tiempo.  Fiestas en las que había sexo, drogas y bebidas alcohólicas.  En el 2009 una persona alertó al Departamento de la Familia sobre alegaciones de maltrato a sus hijos.  El Programa de Emergencias Sociales investigó a la familia, pero el caso quedó en nada.

¿A usted no le parece sorprendente lo rapidito que resolvieron el primer caso? ¡Señores!  Si en Puerto Rico todos fueran personas pobres , de barriadas y caseríos el Departamento de Justicia resolvería los casos rápido y eficientemente.

Y me imagino que la misma pregunta que me hago yo,  en este momento, es la que usted también está pensando.  ¿Por qué no se ha resuelto el caso de Ana Cacho?  Claro está, Cacho tiene dinero y una batería de abogados en su defensa.

En ambos casos hay mentiras, declaraciones médicas, evidencias contundentes de que hubo un asesinato, interés de un pueblo para que se haga justicia  y, lo peor del caso,  la muerte de dos menores.

Lamentablemente la Ley 177, Maltrato de Menores en Puerto Rico, no aplica a todos por igual. A la acusada y a la sospechosa de los asesinatos sólo les queda rezar el Padre Nuestro a ver si el milagro de la suerte las acompaña.  Sólo espero que el milagro llegue, pero con justicia en memoria de estos niños.

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