Recientemente una mujer apuñaló a sus dos hijos después de que su marido se fuera de la casa tras una fuerte discusión entre la pareja. Luego de las salvajes agresiones la mujer alegadamente le pegó fuego al cuarto de los niños y se hirió con el cuchillo en el estómago.
El esposo expresó que la mujer tenía unos celos enfermizos que los conducía a fuertes discusiones constantemente hasta que finalmente ocurrió esta tragedia. ¿Cuántas veces habrán discutido? ¿Cuántas veces se habrán insultado? ¿Cuántas veces habrán maltratado esos niños?
Y me pregunto yo: ¿Cuántas veces tienen que ocurrir estas fatalidades para que la gente diga, ¡basta ya!, e identifiquen a tiempo que están en relaciones altamente peligrosas?
Claro, pero ahora viene la otra parte. Un juez halló que la joven esta mentalmente apta para ser enjuiciada por el asesinato de sus dos pequeños hijos, pero su defensa ya contrató un perito para que examinen si ella estaba en estado de demencia cuando ocurrieron los hechos. Por otro lado, cuando salió del hospital se ocultó su rostro con una toalla, lo que refleja buen contacto con la realidad y conciente de los hechos. La verguenza la lleva a su comportamiento.
Eh aqui donde aparecen los cuentos de los abogados con los peritos para que examine si esta libre de patología sicótica. Resulta que al momento de incendiar los niños ella no se incluyó, el uso de la razón no le permitió pegarse fuego junto a los niños porque sabía que se iba a morir.
¡Por Dios! A los abogados de la defensa les puedo decir que dejen, dejen esa guachafita a un lado que esa mujer esta apta para enfrentar un juicio.
Definitivamente hay estilos afectivos con los cuales sería mejor no relacionarse, idetifícalos y no duermas con el enemigo.
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